¿Qué son los fanzines?

Fanzine

(Extraído de la wikipedia)

Un fanzine (abreviatura en inglés de fan's magazine, revista para fanáticos) es una publicación temática realizada por y para aficionados, uno de los tipos de Zine. El desarrollo de esta actividad no suele ir acompañado de remuneración económica, siendo los fanzines tradicionalmente gratuitos o con un coste mínimo para pagar los gastos de producción. El término se originó en octubre de 1940 con el fanzine de ciencia ficción "Detours" de Russ Chauvenet.

Los fanzines son publicaciones no profesionales producidas por seguidores de un fenómeno cultural particular (como puede ser un género literario, musical o historietístico) para el placer de otros que tienen los mismos intereses.

Su ventaja indiscutible es contar con especialistas en su materia, publicando de forma libre y directa sin ataduras ni intereses para con terceros. A esta "ausencia de condicionantes editoriales (el editor suele dar libertad de expresión)" hay que añadir otra ventaja para el autor novel: "la posibilidad de darse a conocer a un público aficionado más o menos amplio y a algún que otro editor profesional que en un momento dado pueda darte esa oportunidad tan esperada". Con ello, el fanzine se muestra "a la vez un buen terreno de rodaje y una inmejorable plataforma de lanzamiento al ámbito profesional".

Los problemas endémicos de los fanzines son su dependencia de las ganas desinteresadas de sus colaboradores en un trabajo no remunerado que debe obtenerse del tiempo libre y sus problemas para distribuirse llegando a su público potencial. Al depender del tiempo y el esfuerzo desinteresado de sus creadores no suelen durar mucho, ya que no reciben compensación monetaria.

Es posible que si el trabajo realizado es sobre un campo muy específico sobre el que no existen publicaciones comerciales, pueda mantenerse cubriendo un hueco e incluso profesionalizarse. Un fanzine que ha pasado a editarse con medios profesionales se denomina prozine. Si hay un equipo detrás de su publicación profesionalizado y llega a obtener beneficios, hablamos ya de una revista como tal, aunque no haya un grupo editorial en ello, una distribución nacional o internacional o una correcta gestión para establecer su ISBN.

El desarrollo de los fanzines está ligado al de los medios de edición de bajo costo como la multicopista y la fotocopiadora (que también han sido y son soportes para toda clase de folletos, pasquines y octavillas revolucionarias y contraculturales).

Grandes hitos de la historia del fanzine y su espíritu son la generación de autores de cómics underground de los años 1960 y 1970 norteamericanos y el texto disponible en la red en formato copyleft. Sin el concepto del fanzine estas revoluciones culturales no habrían sido posibles. En opinión del teórico Antonio Lara, los fanzines han jugado "un papel fundamental en la evolución general de los medios, y, más concretamente, de las formas culturales marginadas por las instituciones oficiales", como pudieran ser "los cómics, carteles, cromos, animación, novelas populares, telefilmes y otras".

Desde mediados de los años sesenta, otros países, como España, también han sido muy ricos en este tipo de publicaciones.


Actualmente, medios como Internet y la facilidad para maquetar en HTML han facilitado la distribución y el formato, por lo que la edición de fanzines se ha extendido a la red. Este tipo de fanzines electrónicos se denomina ezine.


EDITORES DISIDENTES POR VOCACION

Los fanzines son tan antiguos como las fotocopiadoras y son hijos bastardos de la contracultura. De Nueva York, 1955, el espíritu se incuba en las cabezas intranquilas de los criollos en 1997.

Para hablar de la prensa underground y los fanzines es necesario iniciar el cuento en los días del sindicalismo revolucionario, en los pañales del siglo XIX. El uso de medios impresos para criticar la ideología dominante, denunciar sus excesos y proponer formas disidentes de hacer las cosas, fue una de las herramientas políticas utilizadas por los gremios obreros de la época. El reordenamiento del mundo luego de la Segunda Guerra Mundial y la aparición de la “Nueva Izquierda”, hace que los jóvenes soñadores subviertan las expresiones culturales con usanzas y costumbres diferentes a las oficiales.

La contracultura norteamericana fue la partera del periodismo underground, que buscaba distanciarse años luz en presentación y contenido de los periódicos establecidos o del “overground”. The Village Óbice, editado en Greenwich Village - Nueva York, inauguró en octubre de 1955 la reacción contra “los diarios escritos por damitas con gatos” y distribuyó sus mil ejemplares directamente en las calles de mano-en-mano. Estas publicaciones revolucionaron el mundo del periodismo por su desenfado, completa libertad de expresión, adhesión a ideologías determinadas y la agresividad y estética en la que eran presentadas.

El costo de edición que significaba editar una publicación en off-set o multígrafo, representaba la mayor traba para el surgimiento de las revistas sedicientes. La popularización de la fotocopiadora democratiza el cargo de editor ocasional, y es en los suburbios punks de Londres en donde irrumpe en 1976 el primer fanzine (abreviación de “fanatic magazine”): Snnifing Glue (oliendo pega) bajo las tijeras de un chico de 19 años, Mark P. Se marcaba así una diferencia de forma pero no de fondo entre los periódicos under y los fanzines: mientras los primeros eran asumidos por un colectivo editorial, a tiempo completo, algunas nociones de periodismo y tiradas en imprenta con frecuencia definida; los segundos se realizaban por una o dos chic@s, con tiradas limitadas a fotocopia, sin ninguna vocación formal de periodistas y con una periodicidad conocida vaya usted a saber por quién.

Los fanzines desbordaron el punk y se encauzaron hacia los grupos marginados de los grandes centros de tomas de decisiones: ecologistas, cooperativistas, feministas, gays y demás patota contracultural.

Las hojas multigrafiadas de la movida hippie de finales de los 70´s, “Poder Joven”, quizás representen los primeros intentos de publicar subterráneamente en el país. Las siguientes referencias son tan distanciadas como imprecisas: los fanzines con que los punks caraqueños apoyaban a las bandas locales en boga a finales de los 80´s. El inicio de la década siguiente ofrece algunos nombres: Caracas resiste y ataca, Anacreonte en horas muertas, Antitodo, Reporte Latino y Correo A en la capital; Lo Bueno lo malo y lo feo, Trash, Caput Juves, El Provo, El Caleidoskopio y Vía Subterránea en Barquisimeto.

Venezuela Subterránea

Roberto es un punky caraqueño de 20 años que comenzó a estudiar Ingeniería en la Santa María. Pronto se retiró. Mientras crecía su pasión por la música hardcore, empezó a leer fanzines españoles que promocionaban bandas e ideas punk. Al poco tiempo integra con dos panas más la redacción del fanzine “Subsuelo Insurgente”. Roberth, el fundador del zine, había mirado cómo meses atrás su nombre no aparecía en la lista de ingresos de la Escuela de Comunicación ucevista. “En los medios hay mucha censura y escasa posibilidad de publicar algo”, le reprocha Roberto a los periódicos que sólo ofrecen “Correos del pueblo” para imprimir la opinión del ciudadano común. Subsuelo ha pasado de la xerox a la offset, pero aún su periodicidad es irregular y recién ahora han terminado de componer su fanzine cuarto tras casi tres años de vida.

Francisco tiene 15 años y acaba de parir junto a cuatro panas más, el primer vástago de “El Ghetto”: “Lo primero que vi que me gustó mucho fue la revista “Tierra Bajo Tierra” en un centro comercial. Unos amigos me prestaron números viejos y luego leí Subsuelo Insurgente. Empecé a escuchar a los grupos y meterme en la movida. Si a la gente de verdad le gusta todo esto ¿porqué no hacerlo por uno mismo?”.

Todos comienzan su rol editorial sin medios físicos ni económicos, pero siempre aparece quien presta una máquina de escribir o una computadora. La recolección de la información tampoco es un cuento de hadas: “Estuvimos haciéndolo desde septiembre hasta abril porque las bandas que queríamos entrevistar no nos prestaban atención” comenta Francisco.

La distribución es otro muro que deben franquear. Y ante la ética de vender la revista al menor precio posible, la mayoría pasa de kioscos y puntos de venta tradicionales. “Lo distribuimos de mano en mano -nos confía Roberto- en plazas y conciertos de manera propia e individual. A veces hay gente que te ayuda”.

Mucho ruido, pocas nueces

Fanzines puedes encontrar desde los que hablan de estilos de vida -gays, vida en comunas, budistas, vegetarianos-, comics, reivindicaciones puntuales, poesía, deportes como skate o los musicales, que son los más comunes.

Lo mágico que constituye que un fanzine edite pocos números y muera para ser suplantado por otro, es también su propio cerco. Los fanzineros también fijan posición sobre las limitaciones del gremio: “Muchos zines se encierran en hablar sobre un solo estilo. También es típico utilizar un lenguaje muchas veces incomprensible, que sólo entienden los que están dentro de la movida” nos declaró Gustavo de Juventud Rebelde. Inti, del guaro extinto Lo bueno, lo malo y lo feo, apunta que “lo mejor sería establecer una red a nivel nacional, ya que hay mala distribución. Realmente uno los hace para uno mismo y termina siendo para un ghetto”.

Mucho del desenfado y extroversión de los fanzines ha ido asimilándose en los periódicos del “stablishment”, por lo que muchos tratan de reinventarse constantemente. Lo que si es cierto y han enseñado con su trayectoria, es que la comunicación y la palabra no es cosa de expertos o licenciados únicamente.

(Publicado en Letras el periódico universitario, nro. 96, 13 al 20 de mayo de 1997)

1 comentarios:

¿has visto qué debate se ha formado? en 2013 -desde 1997- ¿quien ha escrito para corregir? ésto de la marginalidad nos permite demasiadas licencias. Como dices, cuando algo depende de las "ganas" podemos desaparecer rapidísimamente o de la retroalimentación con el público tambien (Si te gusta el formato más que el del blog ¿por qué no editar 10 ejemplares? ¿tienen que ser más para sentir que somos -como las grandes editoriales a las que criticamos- buenísimos?) ¿Por qué no distinguimos a los fanzineros que han creído (durante unos años) en la autoedición de aquella mayoría con afan de notoriedad?alex, alicante, editor metazine INTERCAMBIO DE REVISTAS 39.(fotocopia, envío postal, gratuito) Mi corrección: mi trabajo es el de un aficionado para aficionados "y profesionales" Saludos

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